La Llorona - Leyenda Chinchana

La_Llorona_by_Kayla_Chan
La llorona es un personaje del cual muchas personas cuentan asombrosas historias. Se caracteriza, precisamente, porque la señal de su presencia es un lastimero e incesante llanto. Según quienes afirman haberla escuchado, solamente aparece en horas de la noche, siempre y cuando haya luna clara. Su llanto es triste y desgarrador, que quien lo escucha no puede sustraerse a ser partícipe de tan terrible pena que al parecer experimenta.

Sus gritos son bien perceptibles, no así su figura, ya que, de acuerdo a versiones recogidas, la llorona no se aparece en forma física. Quién quiera que lo haya escuchado o tuvo la osadia y el valor de intentar ver cómo era este personaje, no logró hacerlo. Por más que se mire el lugar de donde proviene el llanto, no se verá a nadie en ese lugar, pero sí se escuchará y se enternecerá o estremecerá con el lacerante llanto.

A proposito de la llorona, una de las personas que tuvo la oportunidad de escucharla, narra así su experiencia:

"Cuando me casé, tuve que venir a vivir en este lugar. Por entonces era un terrenito en blanco que heredé de mi finado padre, el mismo que estaba ubicado entre una montaña de árboles y arbustos. Aquí, en este solitario lugar, experimenté lo que a continuación te cuento.

Por las noches de luna clara escuchaba un lastimero llanto que me ponía muy triste. Ese llorar provenía de la parte trasera de mi casa, aunque muchas veces, y en el mismo día, tomaba distintas direcciones, escuchándosele a los costados y al frente de mi rústica casita. Debo decirte que el llanto sólo se escuchaba de pasadita; me daba la impresión que la referida mujer caminaba. En verdad, tantas veces lo había escuchado, que llegué a no tenerle miedo y hasta diría que se me hizo familiar.

Una noche fui despertada por el lastimero llanto, el mismo que se escuchaba más fuerte que de costumbre. Al captarlo bien, pude notar que la llorona estaba parada exactamente frente a la puerta de mi casa ( de ahí provenía el llanto ), cosa que nunca antes había sucedido. Te juro que sentí una gran pena por ella.

Armandome de valor, y sin saber exactamente por qué motivo, me dirigí a la puerta con la intención de abrirla y poder verla; yo quería ver como era. El llanto no dejaba de escucharse. Abrí la puerta despacito, tratando de no hacer ruido. Cuando miré hacia afuera dejó de llorar y no distinguí a nadie. El silencio se hizo solo por un momento, ya que luego de unos segundos se reanudó el lloriqueo, esta vez más o menos dos metros más allá de la puerta. Mi curiosidad me hizo salir para verla, creyendo que porque se había alejado de la puerta no había logrado observarla. Miré y quedé asombrada al comprobar que desde donde procedía el llanto no veía ninguna figura de mujer.

La llorona se fue alejando y yo la seguía como cautivada por su llanto; pero, insisto, no veía a nadie, solamente la escuchaba llorar. La seguí, creó que en forma inconsciente, algo así como treinta metros. Cuando recorrí esta distancia miré hacia mi casa, notando que está quedaba cada vez más atrás de mí; es decir, que la llorona me estaba llevando lejos de mi hogar. Al darme cuenta de esto, reaccioné y deje de seguirla.

Emprendí el retorno presurosa. A mi espalda escuchaba ahora el triste llanto.

Entre en mi casa y seguí durmiendo normalmente, olvidandome de lo acontecido.

En los días posteriores y hasta no sé porque tiempo más, seguí escuchando en las noches de luna clara a la invisible llorona; sin embargo, no hubo otra oportunidad en que hice el intento de seguirla. diría que hasta le perdí el interés y no le daba tanta importancia. El tiempo ha ido pasando, ahora mi casa ya no es la única en este lugar, prácticamente todo se ha modernizado y creó que el paso del tiempo se ha llevado consigo a la llorona, porque no la he vuelto a oir más".

Fuente: Vocabulario y Leyendas de mi Pueblo (José Luis Almeyda Tasayco)
Foto: Kayla Chan
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